martes, 18 de junio de 2013

Documentos Gobernanza Ambiental


México ante la crisis. Lineamientos de política para  el crecimiento  sustentable, Cordera (comp.)
Política ambiental municipal, García

Documentos Gobernanza Ambiental y Turismo


La gobernanza de las costas y océanos  de México  en un clima cambiante, Rivera y Azuz

Libros sobre políticas públicas


De la administración pública a la gobernanza, Pardo
El análisis de las políticas públicas, Grau
El análisis de las políticas públicas, Tamayo
El concepto de política pública: Alcances y limitaciones, Pineda
El estudio de las políticas públicas, Aguilar
El modelo secuencial de políticas públicas treinta años más tarde, Estevez
El proceso de elaboración de políticas públicas, Lindblom
La reducción de la burocracia, Osborne y Plastrik
Las políticas públicas: algunos apuntes generales, Kauffer
Políticas Públicas, Méndez
¿Qué son y para qué sirven las políticas públicas?, Aguilar y Lima

lunes, 17 de junio de 2013

El estudio de las políticas públicas

Consuelo Arias-González

El Estudio de las Políticas Públicas
Luis Aguilar  Villanueva


En “El estudio de las políticas públicas”, Luis Aguilar Villanueva nos ofrece una antología sobre el análisis de las políticas públicas. Desde la visión de México en torno a las políticas públicas, este autor nos hace un recuento de los eventos trascendentales en la materia en la década de los ochentas. Las preguntas centrales de la obra de Aguilar se orientan hacia cómo debe realizar el Estado su labor en materia de políticas públicas en un escenario donde las decisiones dependen del voto del ciudadano en materia netamente política y en donde  la toma de decisiones no es exclusiva del gobierno sino de la participación de varios actores, como los partidos políticos, y en donde pareciera que la sociedad enfrenta no una sino varias realidades.

De acuerdo con Aguilar, las políticas públicas son las decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes. Señala que ante la situación que vivía México a principios de los años noventas, se debía gobernar por políticas y con sentido público. Para él gobernar por políticas públicas significa incorporar la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los ciudadanos.

A manera de antología, Aguilar nos presenta parte de las aportaciones de Harold D. Lasswell, Yehezkel Dror, G. David Garson, William Ascher, Douglas Torgerson, Robert  D. Behn y Martin D. Landau. El período entreguerras permitió a las ciencias sociales un mayor grado de desarrollo a partir de la innovación metodológica, así la sociología, la antropología y la psicología, particularmente, trabajaron en el análisis de la conducta. Los orígenes de las ciencias de política datan de los años 50, a partir del trabajo de Lasswell en los Estados Unidos.

La ciencia moderna se dedicó a estudiar las bases psicológicas y sociológicas de la conducta de los individuos y los grupos, los factores determinantes del voto y de otros actos políticos, el funcionamiento de los grupos de interés y de los partidos políticos, la descripción y explicación de los procesos y comportamientos en las arenas legislativas, ejecutivas y judiciales. Lindblom (1980) y Wildavsky (1979) señalaron que eran muchos más los problemas públicos que los ciudadanos resolvían ellos mismos, sin necesidad de la coordinación gubernamental, que los que eran capaces de resolver los gobiernos a través del análisis racional o la especulación intelectual de analistas especializados. Lo que evidencia el fracaso en el estudio de las ciencias de políticas.

El análisis de políticas es la evaluación de cuál, entre las varias opciones de política o decisión gubernamental, es la mejor (o la buena) decisión o política a la luz de determinados fines, restricciones y condiciones, y puede incluir la investigación de las causas o de las consecuencias de las políticas o programas de gobierno. Es una manera de sintetizar información y de determinar las necesidades futuras de información importante para las políticas. Un consejo dirigido a un cliente, significativo para las decisiones públicas. Es también un tipo de análisis que genera y presenta información con el fin de mejorar la base en la cual descansan los juicios de los decisores de políticas.

De acuerdo con Lasswell  la crisis de seguridad nacional de los Estados Unidos  en la década de los años cincuentas hace surgir la necesidad de eficientar  la fuerza de trabajo, las instalaciones  y otros recursos, así como entender  la mejor elección  del ser humano. Así, surgen técnicas más efectivas de comunicación  entre investigadores, consultores, asesores políticos  y decisores finales. Y, en consecuencia, los equipos interdisciplinarios pasan a formar parte de la ciencia de políticas. Lasswell  centra parte de su atención en el desarrollo de la información para la toma de decisiones.

Gran parte de la antología presentada por Aguilar, nos describe el surgimiento de la ciencia de políticas y su evolución. A partir de lo cual se observa que no ha habido una gran evolución al respecto. Lasswell planteó la importancia de contar con información para  apoyar la toma de decisiones eficientes. Dror por su parte centra su atención en el análisis de la ciencia de políticas. Garson se enfoca en la evolución que ha tenido la materia a veinticinco años del trabajo de Lasswell y analiza los enfoques hacia la administración pública  y el análisis de políticas y otorga peso a los valores en el desarrollo  de los analistas de políticas.

Ascher pone énfasis en los estudios de la conducta. Torgerson presenta un recuento histórico más amplio, desde siglo XIX a través de tres etapas (caras), la primera con una fuerte confianza en que el análisis de políticas, la segunda caracterizada por la desilusión de que la ciencia de políticas esté supeditada a intereses más que a la razón y, la tercera, en nacimiento que busca conciliar  la política con el conocimiento. Behn, por su parte, presenta los elementos que contempla el análisis de las políticas públicas, a saber  eficiencia, equidad,  distribución, insumos, resultados,  beneficios, costos hundidos (destacando las frases “Debemos terminarlo o dejarlo como un monumento a lo malo que puede ser el gobierno” y “La gente tiene derecho a esperar que el gobierno federal termine lo que empieza”, aunque las obras sean ineficientes). Finalmente, Landau  señala que el término “políticas” no está bien definido por lo cual se concibe como parte de lo político y que muchas de las discusiones se centran más en cuestiones semánticas que en problemas de fondo, por lo cual no se avanza mucho en la materia y concluye que hoy en día la política pública ya no es exitosa.

Resulta  muy interesante la antología que nos presenta Aguilar, aunque para el caso concreto de México, el tema queda un tanto corto. Si bien se entiende que la literatura presentada se basa en la sociedad norteamericana y que los ejemplos presentados en las distintas obras permiten una muy buena comprensión de las problemáticas en los Estados Unidos, de forma práctica pueden adaptarse al caso de México y entender la realidad nacional en materia de políticas públicas.

Se puede señalar que por ser una ciencia relativamente nueva no ha sido posible que alcance el grado de desarrollo de las demás ciencias sociales. Cabe señalar que por su naturaleza es una ciencia compleja, al involucrar la toma de decisiones de muchos participantes en un mismo tema. En donde el conflicto de intereses es una constante. Hay un largo camino por recorrer en la materia. Creo que una de las inquietudes centrales es cómo lograr un consenso que beneficie a la sociedad, en un entorno en donde confluyen distintos y muy variados intereses, en un tiempo y momento determinado, y con presupuestos limitados.


Las políticas públicas han existido desde hace mucho tiempo, aunque su estudio y su análisis a nivel de ciencia son relativamente recientes. Creo que, al igual que las demás ciencias sociales, deberá tener su proceso evolutivo, hasta lograr su grado de madurez y poder encontrar ese punto de confluencia. Mientras tanto, el tema seguirá en tela de juicio entre científicos y políticos. Y las políticas públicas seguirán siendo poco eficientes.

El proceso de elaboración de políticas públicas

Consuelo Arias-González

EL PROCESO DE ELABORACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS
CHARLES  E. LINDBLüM

La elaboración de las políticas públicas es un proceso muy complejo. En términos generales, la ciudadanía, los políticos, los empresarios, la sociedad civil organizada y los investigadores, por mencionar solo algunos actores, esperan que las políticas públicas implementadas por  el gobierno atiendan efectivamente las necesidades del país. El análisis de la obra de Lindblüm  nos muestra los problemas, las contrariedades y obstáculos que enfrenta el diseño de las políticas públicas.

En las políticas públicas intervienen procesos, decisiones, resultados, conflictos de interés y poderes en conflicto; de ahí que su elaboración resulte compleja. Aunque pudiera pensarse que es el gobierno quien diseña las políticas públicas, resulta especialmente importante saber que en el diseño intervienen muchos otros participantes, y que es el conflicto de intereses de éstos quienes deciden el rumbo que tomen dichas políticas. Si bien el gobierno, los partidos políticos y los empresarios son quienes mayor poder de decisión e intervención tienen en su diseño, el papel de la ciudadanía también es relevante.

Lo interesante es el papel que juega cada uno de estos actores y la forma en que se controlan e interrelacionan unos con otros. Se puede señalar al respecto que surge una lucha por ejercer poder, control, influencias y lograr beneficios y, en consecuencia, un proceso sumamente complicado para la elaboración de políticas públicas. ¿Cómo hacer más efectivas las políticas para realmente resolver  los problemas sociales  y cómo hacer  una política  pública que responda al control popular? Partiendo de esa lucha por el poder, control e influencias resulta sumamente complicado tratar de dar respuesta a esta interrogante.

Gran parte del problema reside en que al ser varios los actores involucrados y tan diversos sus intereses, el diseño de políticas públicas efectivas resulta una tarea muy complicada. Por una lado es necesario mediar los intereses de todos los involucrados, encontrar el punto medio donde se beneficie a la sociedad sin dañar o alterar los intereses y/o beneficios de los demás actores. Y, por otro, garantizar a los políticos o empresarios la aceptación de la ciudadanía.

La academia analiza las mejores opciones para la elaboración de las políticas, no obstante los costos políticos pueden ser muy altos, ocasionando que se pasen por alto estos análisis y que la elaboración de políticas públicas atienda a intereses individuales. Entrando en juego la lucha por el poder y el control, la búsqueda de beneficios y de la mejor forma de influir en las decisiones de los demás actores. De ahí, que generalmente las políticas públicas no logren atender los problemas eficientemente. 

No obstante lo anterior, éste no es el único obstáculo que enfrenta la elaboración de las políticas públicas. Las grandes limitantes son su posibilidad de falla y el tiempo y costo requeridos para su implementación y obtención de resultados. Por muy buenos que sean los análisis para diseñar las políticas más eficientes, no es posible determinar de manera tajante las necesidades de la sociedad, dado que éstas cambian constantemente. La implementación de políticas requiere de tiempo y llevan implícitas costos, no sólo económicos sino también políticos. Es difícil resolver los conflictos de intereses, particularmente en situaciones donde los intereses económicos y políticos se contraponen.

Todas aquellas políticas públicas que conlleven costos políticos serán rechazadas por los políticos afectados. Las políticas que conlleven riesgo económico serán rechazadas por los empresarios. Así, las necesidades reales de la sociedad pueden no ser atendidas en su totalidad si los intereses de políticos o empresarios están en juego. Dando como resultado que se diseñen políticas que, a la luz de la opinión pública, de los analistas, de la ciudadanía, etc., no sean eficientes por no ser capaces de atender los problemas que enfrenta la sociedad.

A pesar de que los ciudadanos juegan un papel importante en la elaboración de las políticas públicas no ejercen control en el proceso, aunque sí son objeto de distintos medios de persuasión, intercambio y autoridad, ya sea por parte de políticos, de empresarios, de líderes sindicales o de líderes de la opinión pública. La ciudadanía generalmente desconoce o ignora el poder real que ostenta en la elaboración de políticas públicas. La falta de información es una de las limitaciones para el ejercicio de ese poder, pero es mayor su apatía. Por ello la ciudadanía se convierte en objeto de control en lugar de ser sujeto de control.

Por todo lo anterior, la elaboración de las políticas públicas es un proceso muy complicado. El papel que desempeña cada uno de los participantes es crucial para diseñar o rechazar una política. Los empresarios tienen intereses particulares. De igual forma los políticos (tanto los que ostentan el poder como los que lo buscan), los partidos políticos, los sindicatos, las fuerzas armadas,  las organizaciones (internacionales, nacionales, regionales, estatales y locales), la sociedad organizada, la academia, los centros de investigación, etc.

Esta situación queda clara, existen muchos participantes en la elaboración de las políticas públicas, cada uno tiene intereses particulares, cada uno ejerce control a distintos niveles, cada uno busca los mayores beneficios. Eso queda claro y el ciudadano común puede hacer el intento por entender esta situación. Queda claro también que bajo este esquema, es justificable que las políticas públicas sean ineficientes en la atención de los problemas de la sociedad.

No obstante esta claridad, resulta sumamente cuestionable el papel de cada uno de los participantes en sociedades democráticas, como la mexicana, donde en teoría el pueblo debería ejercer el poder a través de sus representantes (a saber, gobierno) quienes deberían velar por los intereses del pueblo. Queda claro que en la práctica esto no sucede. Queda claro que el gobierno (partido en el poder) toma decisiones basadas en mantener la opinión pública y el voto futuro del ciudadano. Queda claro que los partidos políticos buscan incrementar y/o mantener votos. Queda claro que los partidos políticos que no están en el poder buscan llegar a él. Queda claro que las fuerzas militares buscan privilegios y poder. Queda claro que los empresarios buscan los mayores beneficios económicos y ejercer el mayor poder. Queda claro que los sindicatos buscan obtener beneficios. Muchas situaciones quedan claras.

Lo que no queda claro es que en esa búsqueda de intereses individuales los problemas y las necesidades de la sociedad no sean considerados. Se puede argumentar que los problemas de la sociedad sí son atendidos, que se da solución a las necesidades de la población. Que, en cierta medida, son atendidos. Que dada la posibilidad de error implícita en el análisis de las políticas públicas más eficientes, éstas pueden formularse atendiendo a intereses particulares.

¿Qué tan eficientes han sido y son las políticas públicas? Creo que la respuesta depende de a quién se le pregunte. Cada uno de los participantes tendrá una respuesta distinta en virtud de qué tanto se han afectado o no sus intereses, de qué tanto poder ejercen sobre los demás, de qué tantos beneficios han obtenido con ellas. Su eficiencia depende de esta situación. Y esa eficiencia ¿es realmente objetiva?, ¿esa eficiencia es realmente lo que necesita la sociedad?
     

Me queda clara la complejidad de la elaboración de las políticas públicas. Pero me pregunto, qué utilidad real tiene conocer la complejidad de este asunto si sólo puede quedarse en el nivel de entendimiento. La situación no va a cambiar por el hecho de que entendamos cómo funcionan las cosas. ¿Es que acaso sólo nos proporciona  una letrada aceptación ante la incapacidad por cambiar las cosas? ¿Es que acaso sólo nos proporciona una culta conformidad? Lindblüm concluye en que el ciudadano debe participar en el proceso de elaboración de políticas públicas para cambiar esta situación. Sin embargo, yo creo que no es tan sencillo, creo que no es un camino fácil y viable por andar, al menos no en nuestro tiempo. 

Ciudades Sustentables

Consuelo Arias-González

INTRODUCCIÓN

El presente ensayo tiene como finalidad analizar el surgimiento y evolución de las ciudades, su estructura, sus formas de organización económica, política y social, sus modos de producción que condicionan la relación sociedad, y el  papel que juegan las clases sociales en su conformación. Ello con el objeto de analizar qué tan sustentables son o pueden llegar a ser.

El desarrollo de las ciudades ha estado vinculado al uso y dominio de la naturaleza. A lo largo de la historia de la humanidad, las diferentes culturas se han relacionado con su entorno de diferentes formas con el propósito de obtener de él los medios que le permitan desarrollarse. El uso, la apropiación de la naturaleza, la explotación y la sobre explotación de recursos han llegado a un punto en el que se hace necesario cambiar los modelos de producción, las formas de pensamiento y la escala de valores, a fin de modificar los patrones de consumo de la sociedad actual y garantizar la preservación de los recursos naturales.

Con el inicio de la vida sedentaria, se da paso el nacimiento de la cultura y de la civilización humana. Con el surgimiento de la agricultura y la domesticación de algunos animales como la cabra y la oveja, la economía existente sufre una transformación al convertirse en una economía de alguna forma controlada por el ser humano. El desarrollo de la agricultura, y la consiguiente vida sedentaria, modificó la relación entre el hombre y la naturaleza, la cual jugó un papel determinante en la consolidación de  las primeras aldeas y comunidades.

En la búsqueda por satisfacer  las necesidades esenciales de estos primeros pobladores, surge una forma de organización social que cumple un papel integrador de la vida aldeana, a partir de la cual a cada miembro le corresponde realizar actividades específicas, surgiendo la primera estratificación social por sexo y edades. Esta división social permitió desarrollar los primeros lazos de empatía, convivencia y cooperación que fueron conformando a las primeras sociedades.

Para esta época, el hombre se da cuenta del control que tiene sobre la naturaleza. Iniciándose, posiblemente, la explotación de recursos naturales a partir de la creación de excedentes que permitieron no solamente satisfacer las necesidades de la aldea sino que facilitó el intercambio con otras aldeas. Y este intercambio con el tiempo, y con la acumulación de los excedentes de producción, facilitó la comercialización de productos a cambio de un pago que representara su valor. Y es este hecho el que marca el surgimiento de las primeras ciudades.


LA CIUDAD

La ciudad es el espacio creado por el hombre para su vida en sociedad. Ahí se provee de servicios básicos a la población, tales como agua, energía eléctrica, drenaje, alcantarillado, etc., así  como servicios de salud, educación y recreación, entre otros. Para su administración es necesario que cuenten con una estructura político-administrativa que defina y garantice el papel de cada uno de sus miembros. Precisa de una estructura económica que regule las actividades productivas. También es el espacio donde cohabitan grupos sociales con diferentes intereses, motivaciones, deseos e idiosincrasias.

Por lo anterior, se puede decir que la ciudad es una estructura muy compleja, que requiere el diseño de una gestión acorde a las condiciones internas de la misma, diseñada a partir de las diferencias y similitudes de sus habitantes, a fin de proporcionar un ambiente agradable para la vida.

Las relaciones que se establecen hacia el interior, y hacia el exterior, la asemejan a un sistema, en el cual cada uno de sus componentes establece relaciones con los demás y hacia otros sistemas (otras ciudades). En este sistema tan complejo intervienen intereses económicos, políticos y sociales que dificultan esta gestión. 

Como se verá en párrafos posteriores, la estructura económica, política y social,  el contexto  histórico, los adelantos científicos y tecnológicos, el desarrollo del conocimiento y de las  artes, así como la ideología de las sociedades, es determinante en la estructura de una ciudad. Los modos de producción de una ciudad se asocian a la disponibilidad de recursos naturales disponibles pero también a los conocimientos y adelantos tecnológicos, los cuales determinan la relación sociedad-naturaleza. A mayor desarrollo tecnológico se puede asociar un modo de producción más eficiente que optimice el uso de recursos. Por el contrario, en una ciudad donde el desarrollo científico y tecnológico sean incipientes se recurrirá a modelos de producción basados más en la explotación y sobrexplotación de recursos.

El modo de producción ha sido determinante en la relación sociedad-naturaleza; por ello, se puede observar, al hacer un análisis de la humanidad (desde el punto de vista marxista) que esta relación tuvo características propias en cada uno de los modos de producción, los cuales reflejaron la apropiación de los recursos naturales con diferentes fines. Lo que inicialmente buscaba satisfacer las necesidades básicas de la población se convirtió en la búsqueda de un excedente monetario que permitió el surgimiento de clases sociales antagónicas que han caracterizado a las ciudades, la brecha económica y social entre los habitantes, lo que ha traído consigo una gran desigualdad social.

Estas diferencias se hacen manifiestas dentro de la ciudad, con el surgimiento de colonias de clase alta, media y baja, y que se caracterizan no solo por el nivel socioeconómico de sus habitantes sino, incluso, por la calidad de los servicios básicos que se proveen a partir de la estratificación social. Sin embargo,  estas grandes diferencias crean también otro fenómeno social, las sociedades urbanas en contra posición  con las sociedades rurales.

Si dentro de las ciudades, donde se puede pensar que coexisten ciertos patrones sociales, económicos, políticos  y culturales  se dan las grandes diferencias estratificadas, estas se potencializan cuando se analiza a la ciudad en relación con las sociedades rurales, que existen para permitir la existencia de  las grandes urbes. Las ciudades se han caracterizado, entre muchas otras cosas, por ser generadoras de servicios, pero una sociedad  no puede existir solamente a base de servicios, por lo que depende de las zonas rurales que producen bienes primarios, necesarios para la existencia del ser humano, tales como los alimentos y los árboles productores de oxígeno.

El desarrollo de las ciudades, donde convergen los intereses económicos, políticos y sociales, y donde se toman las decisiones, solo ha sido posible a partir de los recursos que las zonas rurales poseen, llámese mano de obra o materias primas, sin los cuales una ciudad no podría existir. Las zonas rurales dotan de mano de obra a las grandes ciudades para mantener su aparato productivo que difícilmente llega a favorecerlos. Se contrata mano de obra barata, generalmente con pocas prestaciones y beneficios e, incluso, sin ellos. La materia prima se adquiere a precios irrisorios y en la mayoría de los casos no se optimiza su uso y consumo.

Así, podemos hablar de las grandes brechas de desarrollo entre el campo y la ciudad. Si bien la ciudad no puede existir sin el campo, este último ha sido severamente lacerado, no solo con la explotación de mano de obra y materias primas, sino hasta cultural e ideológicamente. Las ciudades crecen, prosperan, se desarrollan, mientras que las zonas rurales se hunden más y más en la miseria. Mientras que en las ciudades el desarrollo económico es una opción, en las zonas rurales solo es una aspiración que difícilmente se alcanza, pese a los programas gubernamentales gestionados desde la comodidad de las ciudades.  

Socialmente, se observa que  en la sociedad rural existen vínculos afectivos, mientras que la sociedad urbana se caracteriza por la disgregación, la pérdida de valores, la imposibilidad de establecer relaciones con todos los miembros, la necesidad de contar con mecanismos de protección, como el aislamiento y el ensimismamiento,  y  los procesos de individualización. El ritmo de vida es tan diferente, que mientras que los individuos de la sociedad rural aún se preocupan por establecer y conservar sus vínculos afectivos, los individuos de las urbes solo se preocupan por sí mismos, por ser y tener  más que los demás, a costa de lo que sea y de quien sea.

Y es aquí donde conviene hacer un análisis de la relación sociedad-naturaleza en estos tipos de sociedades. Las zonas rurales, poseedoras de los recursos naturales (materias primas), necesitan de ellas para subsistir. Sin embargo, también necesitan de servicios y otros bienes manufacturados en las ciudades. Así, establecen relaciones con las urbes para satisfacer ciertas necesidades, entre ellas se encuentra el acceso a una fuente de empleo. Por otro lado, las ciudades, como se mencionaba anteriormente, dependen de las zonas rurales para obtener materias primas y mano de obra. Sea porque al no tener contacto directo con los recursos naturales, las grandes urbes no estén aptas para valorar y reconocer su valor, o porque la dinámica de individualización y apropiación se los impida, generalmente en las urbes los recursos naturales son entendidos simplemente como materias primas.   

 De acuerdo con la CEPAL, el proceso de industrialización-urbanización, trajo consigo las grandes desigualdades sociales, al permitir el desarrollo de las ciudades pero un mayor empobrecimiento de las zonas rurales, debido a la explotación de recursos naturales, por un lado, y debido a la dinámica de modernización a nivel mundial, por otro. Este último proceso, trajo consigo el surgimiento de los grandes cinturones de pobreza en torno de las ciudades, especialmente en los países latinoamericanos, generándose así un intercambio desigual, la participación del estado en los procesos de producción, los cinturones de miseria y, lo que la CEPAL llamó centro-periferia, en donde algunos espacios han sido abandonados por la búsqueda de nuevas oportunidades económicas y sociales o porque las tendencias derivadas de nuevos modelos económicos no centran su atención en ellos (el campo, por ejemplo), mientras que otros espacios han sido transformados con el objeto de expandir  el territorio de las ciudades, ya sea para la creación de parques industriales o por la necesidad de construir viviendas.


EVOLUCIÓN DE LAS GRANDES METRÓPOLIS

De acuerdo con Lezama (2010), la ciudad origina en su nacimiento progreso y civilización, pero también desigualdad social y del poder. La ciudad surge como una estructura territorial y organizativa, cuyo objetivo es la creación de un espacio para la vida social y, al mismo tiempo, como una necesidad social de asentamiento permanente. El surgimiento de la ciudad modifica la mentalidad de sus habitantes y crea cultura y tradición.

En Mesopotamia y Egipto la organización social se consolida y surge un sistema político que hace posible las grandes obras públicas. Se observa un cambio de pequeños poblados autosuficientes, en ciudades de una alta especialización industrial y comercial. La difusión y asimilación de los descubrimientos y avances de estas civilizaciones no siempre se dieron por medios pacíficos, sino por la fuerza. La influencia cultural de estas metrópolis dio pauta al surgimiento de nuevas ciudades.

Para estas culturas, la ciudad significó una reorganización de la mano de obra, el surgimiento y consolidación de un sistema de transportes de larga distancia, medios de comunicación de largo alcance espacial y temporal, el fomento de la creatividad y mayores capacidades productivas, tanto en la industria como en la agricultura (Mumford, en Lezama, 2010:47).  Surgen en estas ciudades la diferenciación social, la apropiación del suelo, el monopolio ejercido sobre los recursos básicos que posibilitan la vida. Se planificó la construcción de la ciudad pero también la escasez de alimentos para controlar el trabajo humano.

En el caso de los Fenicios la poca capacidad de sus tierras los hizo buscar opciones de vida asociados a la pesca y el comercio. La dificultad de obtener recursos procedentes del suelo, los hizo buscar su fuente se sobrevivencia en el mar, desarrollando grandes conocimientos de navegación que les permitieron expandirse comercialmente.

En Grecia el establecimiento de una política dirigida a dotar de tierras a un gran número de campesinos pobres aceleró el proceso de colonización. Se monopolizó la tierra y el poder. El desarrollo ingenieril permitió a las polis ser ciudades  bien planeadas. Lo más importante para ellos son las artes y las actividades intelectuales y espirituales.

Pero, indudablemente, es en Roma donde se logra el más alto desarrollo urbanístico, así como de la producción minera, agrícola y del comercio. Se observa una ciudad sumamente planeada, tal vez uno de los mayores trazos urbanísticos, dotada de  servicios públicos,  áreas públicas  y de recreación. Este desarrollo urbanístico trajo consigo una gran diferenciación social,  segregación y un poder político sumamente centralizado que generó problemas sociales.

El término del esclavismo trajo consigo una nueva estructura económica, política y social que no mejoró las condiciones para todos los habitantes de las nuevas ciudades, la diferenciación de clases no desapareció y nuevamente los problemas sociales fueron una constante que desató las grandes revoluciones en busca de mejores condiciones para los grupos marginados y/o excluidos. Los avances tecnológicos, los nuevos descubrimientos, el acceso a la cultura y la educación, el desarrollo económico y social no existió para todos los individuos, únicamente para las clases más favorecidas, haciendo más marcada la distancia social entre ricos y pobres.

Con el descubrimiento de la máquina de vapor se inicia una nueva revolución, basada en el desarrollo de la industria, el cual provocó el surgimiento de nuevas urbes, industrializadas pero con problemas similares a las anteriores. La existencia de clases antagónicas,  el enriquecimiento de unos cuantos y la explotación y empobrecimiento de muchos fue la constante de estas nuevas ciudades que requirieron nuevas formas de organización económica, política y social.

Todas estas ciudades tuvieron características comunes. Por un lado contaron con una estructura económica, política y social que permitió la organización y participación de los individuos para realizar sus distintas actividades. Surgieron clases sociales antagónicas que permitieron el desarrollo de unos cuantos, los cuales detentaron el poder económico, político y social. La existencia de clases sociales, irónicamente, hizo posible que las ciudades crecieran, dado que era preciso contar con mano de obra que sostuviera la economía de la ciudad en beneficio de unos cuantos. Y, otro aspecto importante, es el uso, apropiación, adecuación y explotación  de recursos naturales generadores del desarrollo y de la riqueza.

Esta última característica es quizás la más importante, dado que a partir de la disponibilidad de recursos naturales se conformaron las ciudades. Dependiendo del tipo de recursos disponibles, de su escasez o abundancia, fue que las sociedades se vieron en la necesidad de desarrollar instrumentos, herramientas, conocimientos, tecnologías que les permitieran tener control y dominio sobre los recursos. Las condiciones físicas de los asentamientos humanos fueron también determinantes en este proceso.

Otra característica importante tiene que ver con el papel de las clases sociales en la conformación de las ciudades. Las clases altas han determinado las estructuras económicas, políticas y sociales de las ciudades, mientras que las clases medias han servido como un soporte que mantiene a las clases altas  en el poder. Sin embargo, las clases bajas, los sectores de la población segregados han servido para hacer posible  la vida de los individuos, pues han sido ellos, generalmente, quienes han trabajado la tierra y producido los bienes que aquellos necesitan, en el sentido más amplio, desde alimentos hasta espacios para la recreación y el descanso.

LA SUSTENTABILIDAD Y LAS CIUDADES

A partir de la década de los 70’s inició la preocupación internacional por la conservación de los recursos naturales bajo un nuevo concepto de desarrollo basado en la sustentabilidad, la cual de acuerdo con el Informe Brundtland hace referencia al uso de los recursos que satisfagan las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de que futuras generaciones también las satisfagan.

Ante esta preocupación se han emprendido varias acciones que buscan minimizar impactos ambientales, optimizar los recursos naturales, protegerlos y conservarlos. Estas iniciativas han llegado también al nivel de las ciudades, y algunos organismos internacionales han emprendido programas enfocados a éstas. Así, se habla de las ciudades sustentables.

Algunas de estas acciones tienen que ver con la reducción de emisiones contaminantes, con la planeación participativa (a partir de la implementación de la Agenda 21) que implica la participación de todos los actores sociales en la toma de decisiones, a todos los niveles, pero se hace hincapié en el papel de los gobiernos locales por ser el nivel de gobierno que está más cerca de los ciudadanos; también con la noción de las ciudades verdes.

Todas estas acciones buscan crear ciudades sustentables. Sin embargo, lo que la realidad ha hecho manifiesto en casi cuatro décadas, es que estas iniciativas no han contribuido mucho a la conservación de los recursos. Las ciudades  intentan implementar acciones pero las condiciones económicas, políticas y sociales de la sociedad actual (en el contexto internacional y en un su sentido más amplio) se contraponen a estas iniciativas y, sobretodo, a la noción de la sustentabilidad.

Por ello, considero que las sociedades (a saber, los países), están muy lejos de realizar cambios de fondo en sus estructuras económicas y políticas, por lo cual considero que no se ha alcanzado la sustentabilidad y que una ciudad difícilmente puede considerarse, actualmente, sustentable en toda la extensión de la palabra. Por momentos esa noción de sustentabilidad pareciera demasiado utópica; sin embargo,   es mejor realizar acciones que contribuyan poco en lugar de no realizar ninguna acción.


BIBLIOGRAFÍA

Lezama, J.L. (2010). Teoría social, espacio y ciudad. México. El Colegio de México.

Lezama, J.L. y Domínguez, J. (2006). “Medio ambiente y sustentabilidad urbana”, Papeles de población, julio-septiembre, número 049, Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca, México. Pp.154-176.

Pérez, E. (s/a). Desarrollo Urbano Sustentable.

Simon, D. (2007). “Urbanization and global  environmental  change: 21st century challenges”, The Geographical Journal, Vol. 173, No. 1, March 2007, pp.75-92.  

Zimmer, A. (2010). “Urban Political Ecology”, Erdkunde, Vol. 64, No. 4, pp.343-354.  




Modernización Reflexiva

Consuelo Arias-González

MODERNIZACIÓN REFLEXIVA

Posmodernidad, modernidad tardía, era global y modernidad reflexiva, son algunos de los proyectos surgidos de la modernización de la sociedad industrial, en el que las personas eligen formas sociales y políticas nuevas e inesperadas. La sociedad debe responder simultáneamente a los desafíos surgidos de la globalización, la individualización, la revolución de géneros, el subempleo y los riesgos globales. Sociológica y políticamente surge la necesidad de un cambio de paradigma, de un nuevo marco de referencia que permita la reinvención de la sociedad y la política, pero no a nivel nacional sino global. En esta modernización industrial han aumentado las brechas entre ricos y pobres, y cada vez existen más pobres.

La sociedad del riesgo, primer reacción que se contrapone a la modernización industrial, señala el riesgo global, individual y moral, en el que se elige, decide y configura a los individuos como creadores de sus propia identidad pero que tienen relevancia a nivel colectivo, surgiendo una generación del “primero yo”. Los hijos de esta nueva libertad tienen sentimientos más apasionados y morales sobre cuestiones tan diversas, como el trato al medio ambiente o, incluso, el género, la raza y los derechos humanos.  La disolución de la solidaridad, la decadencia de los valores, la cultura del narcisismo, el hedonismo reivindicativo dominan el debate público actual, y se habla, además, de una época de efectos colaterales en donde existen consecuencias no previstas y no deseadas.

Modernización reflexiva significa la posibilidad de una auto destrucción creativa de toda una época: la de la sociedad industrial. El sujeto de esta destrucción creativa no es la revolución, ni la crisis, sino la victoria de la modernización occidental.[1] Significa desvincularse para después vincularse de  y a las formas sociales industriales por otro tipo de modernidad. Esta modernización afecta las formaciones sociales, los estratos, ocupaciones y roles de género, la familia nuclear, los sectores empresariales y los prerrequisitos del progreso tecnológico y económico natural de la sociedad.

Las victorias del capitalismo son quienes producen la nueva forma social, no las crisis; es decir, que no es la lucha de clases sino la modernización normal, quien motiva los nuevos cambios, a través de su propio dinamismo industrial que deja de lado los debates políticos y las decisiones de parlamentos y gobiernos. Así, la radicalización de la modernidad rompe con las premisas de la sociedad industrial y abre nuevas vías hacia una modernidad distinta. La modernización reflexiva avanza muy despacio y de forma cautelosa. Lo deseado y lo familiar constituyen la nueva modernidad.

La modernización reflexiva es un cambio  de la sociedad industrial  que se produce de forma no planeada, dentro de un orden político y económico intacto. Se autoconfronta a la modernización industrial, a través de la crítica. No implica la reflexión sino la autoconfrontación. Es una transición que ocurre de forma no deseada, no percibida y compulsiva. La sociedad del riesgo es una continuación de los procesos de modernización automatizados que son ciegos y sordos a sus propios efectos y amenazas, los cuales cuestionan y destruyen los fundamentos de la sociedad industrial.

La modernización reflexiva es la confrontación de los efectos de la sociedad del riesgo que no pueden ser tratados y asimilados dentro del sistema de la sociedad industrial, es decir, que no pueden ser medidos por los estándares institucionalizados.

El reconocimiento de las amenazas provocadas por el desarrollo técnico industrial hace manifiesta la necesidad de la autorreflexión sobre la cohesión social así como de la llamada racionalidad. La sociedad se vuelve reflexiva, convirtiéndose así, en un tema y un problema para sí misma. Y, tras todo esto, se pone de manifiesto un conflicto fundamental, un antagonismo: antagonismos ideológicos, culturales, económicos y políticos.

El retorno de los individuos a la sociedad, característica de esta modernización reflexiva, como un proceso de desvinculación y de revinculación a nuevas formas de vida de la sociedad industrial que sustituyan las antiguas en las que los individuos deberán reproducir sus propias biografías. Sin embargo, esta individualización no se refiere a actuar en forma aislada, sino a concebirse como un individuo dentro de la sociedad, como parte de ella. No se basa en la libre decisión de los individuos, sino más bien es una compulsión a fabricar, autodiseñar o autoescenificar no solo la propia biografía, sino sus compromisos y relaciones en base a las preferencias individuales.

La modernización de la sociedad industrial, fundamentada en los avances tecnológicos de los años 90’s, entra en crisis a partir de una crítica social del desarrollo económico que las sociedades han seguido. Conceptos como la globalización o el neoliberalismo que buscan como fin principal generalizar los mercados internacionales, a través de mecanismos como el libre mercado y que, lejos de buscar un beneficio global, beneficia solo a los países altamente industrializados y, por ende, desarrollados, son cuestionados por la sociedad.

La sociedad se vuelve crítica y empieza a cuestionar los patrones de desarrollo bajo este esquema económico.  Los aspectos ideológicos, culturales, económicos y políticos son cuestionados por la sociedad pero bajo una perspectiva que implica la autocrítica. Y, ante esta autocrítica, empiezan a surgir algunos movimientos sociales como una forma de oposición al sistema económico, hay diferentes formas de afrontar esa autocrítica, se puede por un lado confrontar la realidad y actuar en consecuencia, ya sea a nivel individual dentro de una colectividad o a través de una manifestación que puede buscar intereses tan variados como la conservación del medio ambiente, la protección de los animales, la violación de los derechos humanos, la equidad de género, etc.

Se manifiestan temas prioritarios como la conservación del medio ambiente y, al respecto, me gustaría hacer algunos comentarios a partir de algunos argumentos planteados por Ulrich Beck que llamaron mi atención. El primero de ellos señala: “La metamorfosis de los efectos colaterales no percibidos de la producción industrial en focos de crisis económicas globales ya no se presenta como problemas del mundo que nos rodea –uno de los llamados “problemas medioambientales”-, sino como profunda crisis institucional de la propia sociedad industrial.”[2]

La sociedad industrial se enfocó en alcanzar el mayor desarrollo tecnológico porque se consideraba que esa era la opción que se tenía para alcanzar el desarrollo; sin embargo, infinidad de aspectos de mayor coyuntura se dejaron de lado. Posiblemente pocos fueron los que previeron que esta forma de pensar y de actuar acarrearía consecuencias desfavorables en algún momento que, a la postre, se manifestarían en problemas económicos (como la caída del bloque socialista, las crisis financieras y el estancamiento de economías, como el caso de las latinoamericanas). Estos problemas no son concebidos ya como  situaciones derivadas de la globalización o el neoliberalismo, sino como una crisis de las instituciones económicas mundiales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, que reflejan que el sistema como tal ya es un tanto obsoleto. El fomento a la firma de tratados comerciales que no buscan el beneficio real de ambas partes sino el beneficio de unos cuantos, casualmente el de los países altamente desarrollados, han tenido importantes consecuencias a nivel social que han desatado, en algunos casos, movilizaciones en contra y que han sido un terreno fértil para expresar la autocrítica de este esquema de desarrollo y para confrontar, incluso, al mismo sistema.

La segunda frase que ha llamado mi atención señala lo siguiente: “Es posible desestimar hoy las críticas hablando de un riesgo que tiende a cero solo para lamentar mañana, una vez que la catástrofe ha ocurrido, la estupidez de una opinión pública que malinterpreta las aserciones probabilísticas.”[3] Al respecto, me gustaría señalar cómo lo interpreto. Ante esta autocrítica y autoconfrontación del sistema económico dominante, surgen algunos actores sociales que plantean una serie de argumentos sobre los riesgos que la sociedad está viviendo y se arriesgan a plantear escenarios futuros a manera de alerta sobre las consecuencias de las decisiones y acciones que surgen en una economía basada en la industrialización y tecnificación; los cuales, en el mejor de los casos, son ignorados por la gran élite, sea esta económica, política o social.

Y me gustaría hacer aquí un paréntesis para vincular este tema con una carta escrita en 1854. Es una carta escrita por el Jefe de los pieles Rojas de Seattle al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pearce. En esta carta, el Jefe Piel Roja vislumbra ya el destino de nuestras sociedades, el de una sociedad basada en el valor económico antes que en el ambiental. Los argumentos planteados en ella hacen manifiesta la realidad que hoy en día vivimos. En ella, se plasma la diferencia ideológica entre los pieles rojas y la sociedad estadounidense, la forma en que se concibe la realidad es diametralmente opuesta; sin embargo, el jefe piel roja es capaz de diseñar un escenario ante la visión industrializada. Un escenario en el que señala que un día esa sociedad estará repleta de basura, y la gente se estará ahogando en ella, una sociedad que avanzará llena de gloria hacia su propia destrucción, una sociedad en la que la vida se ha terminado y en la que no queda más que sobrevivir. Y hago referencia a esta carta porque me parece una dramática realidad, y lo más impactante es que fue escrita hace siglo y medio pero pareciera que nadie tomó en cuenta estas palabras. Quizás parecía un escenario impensable o excesivamente lejano, pero creo que ese día ya llegó.  

Finalmente, la tercera frase que quisiera comentar. “Los alemanes creen que el mundo se acaba con sus bosques, y los británicos se estremecen porque los huevos de su desayuno son tóxicos; en ese punto y de ese modo empieza la conversión ecológica.”[4] Lo que puedo inferir de ella es que cada individuo concibe las problemáticas de manera distinta y que lo que es prioritario para unos no lo es forzosamente para otros. En esta frase, mientras que algunos se preocupan por la conservación de sus bosques otros están en otro nivel preocupándose por la calidad de los productos que ingieren. Y si preguntáramos a las sociedades latinoamericanas, seguramente nos darán respuestas muy distintas y podríamos ver que las problemáticas prioritarias incluso son el que la sociedad tenga qué comer, o tenga un trabajo, o una vivienda, o acceso a la educación, o acceso a servicios de salud, o que viva en estado de paz, etc.

Los aspectos ideológicos, culturales, económicos y políticos cuestionados por la sociedad bajo una perspectiva de autocrítica, obligadamente está en virtud de la realidad concreta de cada sociedad. La modernización reflexiva, surgida en los países desarrollados, no aplica de igual  forma en los países latinoamericanos, por ejemplo. Los países latinoamericanos, cuya realidad económica, política y social es muy distinta a la de los países de la Unión Europea, evidentemente tendrán una crítica muy distinta y la forma de organizarse también será distinta. Los movimientos sociales surgidos en unos y otros, tendrán características propias y buscarán objetivos también propios. Resultan muy interesantes los planteamientos de Ulrich Beck; sin embargo, pocos de ellos se pueden aplicar hoy en día a la realidad mexicana. Ojalá que pronto pasemos a un estado de mayor crítica y confrontación, pero creo que no es un escenario muy cercano todavía.



BIBLIOGRAFÍA

Alfie, M., Méndez, L. Modernidad reflexiva y movimientos sociales. El Cotidiano 100.

Beck, U. La sociedad del riesgo global. España. Editorial Siglo XXI de España.

Beck, U, Giddens, A. Modernización reflexiva: Política, tradición y estética en el orden social moderno. Alianza Universidad.




[1] Beck, Ulrich, Giddens, A., Modernización reflexiva: Política, tradición y estética en el orden social moderno, p. 14
[2] Ibidem, p. 22
[3] Idib., p. 23
[4] Idib.

Sociobiología y Ecología Humana

Consuelo Arias-González

INTRODUCCIÓN

El presente ensayo tiene como finalidad hacer una breve reflexión sobre el comportamiento humano a partir de una primera aproximación a la sociobiología y la ecología humana. En torno a estos dos temas, se plantea un gran debate sobre los fundamentos del comportamiento humano, siendo los temas centrales, por un lado, los genes como un factor determinante del comportamiento humano y, por el otro, la influencia cultural.

Se intenta analizar algunos elementos, de la literatura consultada, que permitan entender por qué surge un debate en torno a este tema y llegar, si no a dar una conclusión sobre el tema, a tener algunos argumentos que defiendan una u otra postura o bien que encuentren un punto de convergencia entre lo que algunos autores denominan como determinismo genético y determinismo cultural.

Posiblemente, la pregunta central que motiva este análisis es si el ser humano se comporta de una u otra forma porque así está biológicamente programado o si es porque su entorno influye en su comportamiento. El determinismo genético y el determinismo cultural, serán los temas centrales en torno a los cuales se desarrolle este ensayo. El primero, que plantea los intentos por tratar de caracterizar las bases evolutivas de algunas manifestaciones culturales, de explicar la conducta social humana sobre la base principal o exclusiva, de factores biológicos hereditarios, con importantes consecuencias de índole ética y social (Jaisson, Pierre, La hormiga y el sociobiólogo); y, el segundo, que plantea la idea de que el ser humano no es una máquina que haya sido programada completamente por sus genes, ni que la mente humana sea tabulae rasae, pizarras en blanco que se van llenando conforme aprendemos, moldeadas  según ciertas disposiciones innatas (José Sanmartín, Los nuevos redentores).



ALGUNAS CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA SOCIOBIOLOGÍA

Antes de iniciar el análisis de las posturas que defienden la influencia cultural o de los genes en el comportamiento humano, es conveniente dar algunas consideraciones preliminares. La Sociobiología es una rama de la Biología que hace énfasis en explicaciones en términos de la evolución en su intento por explicar el comportamiento humano. Edward O. Wilson, en 1975, la definió como el estudio sistemático de los fundamentos biológicos del comportamiento social y de su evolución, tanto en el animal como en el humano. Y se plantea como una posibilidad por amalgamar las teorías biológicas en las ciencias sociales. De acuerdo con Pierre Jaisson, el comportamiento humano se presentaba, así,  como consecuencia de predisposiciones genéticas seleccionadas a lo largo de la prolongada historia evolutiva de los antepasados del hombre actual (Pierre Jaisson, Op. Cit.).

La Sociobiología no plantea el hecho de ser la única disciplina para llenar la brecha entre la biología y las ciencias sociales y menos de asimilar la ciencia social. Sin embargo, ha provocado una gran polémica entre quienes discuten la relevancia de los genes en el comportamiento humano bajo el argumento de que el comportamiento humano no puede ser explicado en términos de los genes o de la evolución, dado que consideran que en los estudios realizados, la selección natural y la adaptación no proporcionan suficiente información para la construcción de explicaciones evolutivas (Win J. van der Steen, Sociobiology in Perspective).



LA INFLUENCIA GENÉTICA EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

La primera postura a analizar, el determinismo genético, surge de los intentos de explicar la conducta social humana sobre la base, principal o exclusiva, de factores biológicos hereditarios; con importantes consecuencias de índole ética y social, como se había mencionado anteriormente. El surgimiento de Sociobiology, de Edward O. Wilson, puso en peligro la integridad de la cultura como una cosa en sí, como una creación humana, distintiva y simbólica, pues plantea que la determinación biológica de las interacciones humanas, a partir de la tendencia evolutiva general de los genotipos individuales, es fundamental para maximizar su éxito reproductivo. (Marshall Sahlins, Uso y abuso de la biología).

En esta obra, Wilson pretende proporcionar una teoría  acerca de la importancia de la selección por parentesco y de cómo se ordena este comportamiento. Su teoría se distingue por un intento más riguroso y amplio de buscar el comportamiento social en principios evolutivos sólidos, y en particular en el principio de la automaximización del genotipo individual, considerado como la lógica fundamental de la selección natural. (Marshall Sahlins, Op. Cit.)

Algunas de las ideas planteadas por Wilson en su libro Sociobiology, son las siguientes. “Besides adding perspective and perhaps offering some sense of philosophical case, the exercise will help to identify the behaviors and rules by which individual human beings increase their Darwinian fitness through the manipulation of society... Human societies are organized by high intelligence, and each member is faced by a mixture  of social challenges  that taxes all of his ingeniuty... The hypothesis to consider, then, is that genes promoting flexibility in social behavior are strongly selected at the individual level... In oder words, the capacity for culture is transmitted by a single  human genotype. Dobzhansky (1963) stated this hyphotesis as follows: “Culture is not inherited through genes, it is acquired by learning from other  human beings... In a sense, human genes  have surrendered their primacy in human evolution to an entirely new,  nonbiological or superorganic agent, culture. However,  it should not be forgotten that this agent is entirely dependent of the  human genotype.”  (Edward O. Wilson, Sociobiology The New Synthesis)

“The role of evolutionary sociobiology... will attempt to reconstruct the history of the machinery and to identify  the adaptive significance of each  of its functions. Some of the functions are almost certainly obsolete,  being directed  toward such Pleistocene exigencies  as hunting  and gathering  and interribal  warfare... The second contribution of evolutionary sociobiology will be to monitor the genetic basis of social behavior... A key question in human biology is whether  there exist a genetic predisposition to enter certain classes and to play certain roles... The difference between ethical behaviorism and the current version of  developmental  genetic analysis is that the formers postulates  a mechanism (operant conditioning) without evidence and the latter presents evidence without postulating a mechanism... The study of moral  development is only a more complicated   and less tractable version of the genetic  variance problem (Edward O. Wilson, Op. Cit.)

Wilson consideró el papel de la influencia genética en el comportamiento humano como un aspecto relevante pero, al mismo tiempo, complejo para su estudio e interpretación. La teoría de la evolución, de Darwin, cobra vital importancia en la teoría de Wilson, a través del análisis de aspectos como la adaptación, que al mismo tiempo ocasionó una gran conmoción al debatir la idea de que este aspecto, como muchos otros, tiene que ver con la interpretación que de éste se haga a partir de la comparación de un comportamiento con otro. Es decir, se trata de conceptos subjetivos cuyo análisis requiere de comparaciones.



LA INFLUENCIA CULTURAL EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Algunos científicos sociales y biólogos aseguran que el comportamiento humano está influenciado por la cultura y, en ese sentido, la biología juega un papel secundario. (Wim J. van der Steen, Op. Cit.) Sin embargo, existe una posición más dogmática que plantea la tesis de la tabula rasa, que señala que el ser humano es enteramente moldeable por su medio ambiente, a la manera de una estatua de arcilla blanda (Pierre Jaisson, Op. Cit.); por lo tanto, la predisposición genética no es un factor condicionante del comportamiento.

Para explicar un poco esta postura, retomaré una parte de la ecología humana, que señala que la sociedad humana es consecuencia y efecto del orden social y cultural, en los niveles económico, político y social. Toda comunidad  tiene una población, organizada dentro de un territorio, arraigado al terreno que ocupa, con grupos que se relacionan a través de la mutua interdependencia… Si bien es cierto que las sociedades humanas poseen mecanismos, como la competencia, que le permiten establecer un orden social y lograr un equilibrio natural, no son ellos los únicos que rigen el comportamiento humano, dado que se incorporan a este orden social la economía, la política, la moral, las costumbres, creencias, etc.  (Robert Ezra Park, Human Ecology)

Partiendo de lo anterior, el comportamiento humano no puede ser analizado exclusivamente desde el punto de vista genético ya que existen varios factores culturales que influyen y/o condicionan su comportamiento dentro de la sociedad y donde las cuestiones éticas y morales juegan un papel preponderante que marcan una diferencia entre el ser y el deber ser. Los aspectos antes mencionados acompañan el desarrollo de las sociedades y ejercen una influencia determinante en el comportamiento humano.


IDEOLOGÍA Y SOCIOBIOLOGÍA

La Sociobiología se asocia con el Darwinismo social, utilizado por filósofos sociales para explicar y justificar la situación social en el último cuarto del siglo XIX y las primeras dos décadas del siglo XX, por ejemplo, la conducta de la guerra. Sin embargo, por sus implicaciones, es peligroso emplear el razonamiento biológico para fines políticos (racismo,  nacionalismo, discriminación, persecución, exterminio de judíos, actos de violencia). Se le acusa de ser racista, sexista, y de promover el rechazo a distinguir entre lo que es y lo que debe ser. (V. S. E. Falger, Sociobiology and Political Ideology)

Algunos opositores de la sociobiología refutan la teoría del determinismo genético bajo el supuesto que justifica los actos que atentan contra la moral de la sociedad. En su obra Los nuevos redentores, José Sanmartín pregunta ¿Es el hombre un ser asesino por naturaleza?, partiendo de los intentos que se han hecho por explicar la conducta social humana exclusivamente a partir de factores biológicos hereditarios. Partiendo de la idea que el comportamiento social humano es la expresión de las necesidades e impulsos del organismo humano, de su propia naturaleza, de su evolución biológica (Marshall Sahlins, Op. Cit.), se establece que el ser humano es así porque así está biológicamente hecho, es agresivo, egoísta, sexista, etc., porque su biología lo determina a ello. Y bajo esta postura, el Biologicismo exonera a la sociedad, al ambiente, de cualquier influencia notable en el comportamiento de sus miembros. Y, entonces, se argumenta que cada uno es lo que es (listo, tonto, alcohólico, prostituta, etc.) según su «biología innata» (José Sanmartín, Op. Cit.)

De acuerdo con Sanmartín, si el determinismo genético exonera a la sociedad de cualquier responsabilidad sobre las consecuencias de sus actos, entonces ¿hasta que punto es válido justificar los actos de violencia, el racismo, las guerras, la pobreza, las clases sociales, la discriminación, etc., a partir del condicionamiento genético que predispone el comportamiento humano?

Ante este debate ético y moral, los defensores de la Sociobiología establecen que los genes no determinan sino que predisponen el desarrollo de capacidades comportamentales que se activarán en el curso del desarrollo epigenético, como resultado de las expresiones del individuo (Pierre Jaisson, Op. Cit.), por lo tanto no se puede justificar las discriminaciones y desigualdades  sociales mediante la biología.


CONSIDERACIONES FINALES

El análisis e interpretación del comportamiento humano ha sido largamente estudiado, desde los griegos hasta nuestros días, tratando de identificar los factores que lo condicionan y/o determinan. A través de los tiempos, ha habido grandes aportaciones que han permitido conocer, paulatinamente, el desarrollo de las sociedades y el comportamiento del hombre, como individuo y como ente social. Diversas áreas del conocimiento han intentado estudiar dicho comportamiento, especialmente la biología por considerar al hombre como un ser vivo, de la misma forma que estudia las comunidades de plantas y animales.

Sin embargo, es a mediados del siglo XIX cuando se da un primer rompimiento real entre las ciencias sociales y las ciencias exactas, a partir del surgimiento de metodologías diferentes y con formas de actuar diferentes. Las ciencias sociales se nutren de las ciencias exactas en un intento por entender el comportamiento humano. Aunado a esto, las sociedades empiezan a ser particularizadas, se vuelven factibles de investigación, análisis y entendimiento. Asimismo, se da un paso de la historia de los hechos a una historia que marca a las sociedades.

Para esta época, el determinismo biológico genera grandes discusiones, la teoría de la evolución de Darwin entra en escena para cambiar gran parte de la visión predominante sobre el origen de las especies. Se plantea la interrogante de hasta qué punto los seres más aptos se adaptan a su entorno o si simplemente se trata de una forma de legitimación del sistema político. Las teorías de Darwin, Malthus y Lamarck hacen eco en la sociedad de la época y se inicia una búsqueda de nuevas explicaciones.

En este contexto, surge el biologismo como un intento por separar a las ciencias sociales de la biología. Se trata de explicar el comportamiento humano a partir de factores genéticos que han condicionado la evolución de las especies, partiendo del análisis de la biología aplicado a comunidades de plantas y animales. En 1975 Edward O. Wilson, al publicar Sociology: The New Synthesis, fija el campo de acción de la sociobiología así como sus objetivos y plantea la teoría sociobiológica de la evolución gen-cultura.

La publicación de esta obra generó grandes polémicas (principalmente en EEUU, Francia, Alemania y Japón)  entre quienes apoyaban su teoría y quienes se oponían a ella y a la idea de que las ciencias sociales invadieran el terreno de la biología.  Se acusaba a la sociobiología de querer justificar las discriminaciones, desigualdades sociales, genocidios, racismo, a partir del determinismo genético, aunque estos intentos de justificación provenían más de intereses políticos que de posturas meramente científicas. Pese a ello, esta polémica tuvo un gran impacto en una parte de la comunidad científica y entre quienes se dejaron llevar más por cuestiones sensacionalistas, y de donde surgieron interrogantes como si el hombre es un ser asesino por naturaleza, o si cada persona es lo que es (tonto, listo, alcohólico, prostituta) porque está determinado así por sus genes y, en ese sentido, somos esclavos de nuestros genes sin ninguna posibilidad de ser algo más de lo que nuestros genes han determinado. 

En torno a los factores que determinan y/o condicionan el comportamiento humano se puede resumir, de manera muy general, en dos grandes posturas, la del determinismo cultural y la del determinismo genético. El primero, como se comentó en su momento, hace énfasis en la influencia cultural generada a partir del desarrollo de las sociedades, a partir de los factores económicos, políticos, sociales, educativos, morales, religiosos, que constituyen las bases de una sociedad y que determinan el deber ser de los individuos como entes sociales. Por otro lado, el determinismo genético, que hace énfasis en la información genética que cada individuo trae consigo, de la cual no puede desligarse y que determina su comportamiento en sus relaciones con los demás, en los procesos de adaptación, de subsistencia y de competencia, entre otros.

Sin embargo, existe una tercera postura que establece la importancia de los genes en el comportamiento humano pero que no se plantea como un factor enteramente determinante sino como un factor que puede condicionar un cierto comportamiento, pero que al mismo tiempo debe contemplarse el papel de la cultura, el desarrollo de las sociedades, la historia de las sociedades, la evolución de las sociedades, para entender en su totalidad el comportamiento humano. Como lo planteó Wilson, la comprensión del comportamiento humano debe partir del análisis de la relación gen-cultura.   

Si bien es cierto que el ser humano no es una tabla rasa, como se planteaba anteriormente, debido a la información  genética que trae consigo al nacer, también lo es que no se puede dejar de lado el desarrollo de las sociedades al momento de tratar de conocer, interpretar y explicar el comportamiento humano. Por lo antes dicho, considero que no es posible estudiar el comportamiento humano a partir de factores exclusivamente genéticos como tampoco lo es estudiarlo a partir de factores meramente sociales, creo que ambos factores condicionan el comportamiento del individuo y de las sociedades, pero pretender desligar uno del otro me parece un retroceso en cuanto al gran bagaje de conocimiento que la humanidad ha logrado desarrollar a lo largo de su historia.



BIBLIOGRAFÍA

Ezra Park, R. (1936). Human Ecology. The American Journal of Sociology  Vol. 42, No.1

Falger, V.S.E. (1984). Sociobiology and Political Ideology: Comments on the Radical Point of View. Journal of Human Evolution 13.

Jaisson, P. (2000). La hormiga y el sociólogo. México. FCE.

Lemkow, L. (2002). Sociología ambiental: Pensamiento Socioambiental y ecología social del riesgo. España. Icaria Antrazyt.

Sahlins, M. (1990). Uso y abuso de la biología: Una crítica antropológica de la sociobiología. España. Siglo Veintiuno de España Editores.

Sanmartín, J. (1992). Los nuevos redentores: Reflexiones sobre la ingeniería genética, la sociobiología y el mundo feliz que nos prometen (2da  Reimp.). España. Anthropos Editorial del Hombre.

Sempere, J. (2004). Sociología y medio ambiente. Madrid. España. Editorial Síntesis.

Soberón Mainero, J. (2003). Ecología de Poblaciones. México. La Ciencia para Todos.

Van der Steen, W. J. y Voorzanger, B. (1984). Sociobiology in Perspective. Journal of Human Evolution 13.

Wilson, O. E. (1982). Sociobiology: The New Synthesis (7ª imp.). EUA. Universidad de Harvard.

 
Una persona con una creencia representa una fuerza social equivalente a la de noventa y nueve personas que sólo se mueven por interés.
JOHN STUART MILL
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber. CONFUCIO
Quien aprende a investigar no es un maquilador de la investigación, un operario o un peón del quehacer científico, sino alguien que aprendió a añadir valor de cambio y plusvalía a su trabajo y a sus obras. (Sánchez, R. Enseñar a investigar)
Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído. JORGE LUIS BORGES
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. EINSTEIN