Consuelo Arias-González
SOCIEDAD Y MEDIO AMBIENTE
La vinculación
entre la sociedad y el medio ambiente es un tema que en las últimas décadas ha
cobrado gran relevancia debido a la problemática ambiental, convirtiéndose en
tema de dominio público, en ocasiones bajo una idea un tanto errónea o poco
cierta. Pero, ¿esta preocupación es realmente un tema relativamente reciente o
ha acompañado la existencia de la humanidad? Bueno, eso es lo que intentaré
analizar a través de este ensayo.
Aunque de
manera no tan clara en todos los casos, cada uno de los temas abordados en la
asignatura hacen referencia a la relación entre el hombre y el medio ambiente.
De alguna manera en cada uno de ellos se puede ver entre líneas algún vínculo
entre ambos, algún punto de convergencia. Para empezar hablaré de qué forma
identifico está relación en los temas sociobiología y ecología humana. De
acuerdo con Wilson, los seres humanos nacemos condicionados por nuestros genes,
los cuales influyen en nuestro comportamiento y, si damos esto por cierto,
podemos inferir que a partir de la evolución genética del ser humano han ido
evolucionando, adaptándose y creándose relaciones de sobrevivencia del más
fuerte vinculadas al medio ambiente, en el cual la especie humana ha aprendido
a sobrevivir, pero también ha aprendido a hacerla su propiedad y, en ese
sentido, diríamos que la evolución de la humanidad ha venido arrastrando el
paquete genético adaptado y mutado del hombre de Cromagnon, por ejemplo. Y esta
idea no resulta tan descabellada si se analiza con calma que la forma de
relacionarnos con el entorno guarda estrecha relación con la carga hereditaria
que traemos y que cada civilización se ha relacionado con su medio a partir de
patrones heredados más que aprendidos.
Respecto del
marxismo, considero que Carlos Marx no habló particularmente de la relación
entre la sociedad y el medio ambiente debido, pienso, a que los intereses de la
época implicaban pensar en los aspectos económicos y no en los ambientales; sin
embargo, ello no implica que el tema hubiera sido ignorado o pasado por alto.
Creo que a lo largo de la obra de Marx se pueden encontrar fragmentos en donde
aparecen aspectos medioambientales, sin que se trate por ello de aspectos
netamente ambientales. La evolución de las sociedades ha ido de la mano con el
desarrollo tecnológico y con los descubrimientos. El desarrollo tecnológico,
primero de una manera muy incipiente al sustituir un tipo de material por uno más resistente, por
ejemplo, obligó a la especie humana a cambiar patrones de conducta y a
rediseñar sus vínculos con su entorno, pasando de un estado nómada al
sedentario y de esta forma tratar de adaptarse a sus nuevas condiciones y poder
sobrevivir.
Una de las
posturas en contra del marxismo plantea el no reconocimiento de la interacción
del hombre con su medio, reduciéndose la cuestión ecológica a una cuestión de
valores que pasa totalmente por alto la comprensión de las relaciones
materiales en evolución entre los seres humanos y la naturaleza. Pero, argumentar
que la teoría marxista no reconoce la interacción del hombre con su medio
vendría a ser una contradicción con el análisis de las fuerzas productivas y el
materialismo histórico, pues parte del análisis realizado por Marx involucra el
entendimiento y explicación de cómo las sociedades evolucionaron a partir del
desarrollo tecnológico que les permitió obtener elementos de la naturaleza para
su desarrollo. El hombre del Comunismo Primitivo se interrelacionaba de alguna
forma con su medio, con la naturaleza, y el hombre fue desarrollando
instrumentos, en un principio muy simples, que le permitieron asentarse en un
lugar y sobrevivir, pero no solamente sobrevivir sino desarrollarse. Durante el
Esclavismo el hombre se siguió relacionando con su medio, de forma distinta,
pero existía un modo de producción que no dejaba de lado las relaciones entre
el hombre y su medio. Durante el Feudalismo el hombre siguió en contacto
directo con su medio, bajo un esquema distinto de producción, pero seguía
presente ese vínculo, esa interrelación con la naturaleza. Y el surgimiento y
desarrollo del capitalismo sentó sus bases en la apropiación, transformación,
uso y disfrute de la naturaleza. Así que sin entrar en un análisis de la forma,
adecuada o inadecuada, de esta relación es claro que siempre ha existido este
vínculo y que al analizar esta evolución de las sociedades Marx tuvo que
considerar que desde que el hombre existe ha estado en constante relación, de
dependencia preponderantemente, con la naturaleza, por lo que el argumento en
cuestión pierde validez.
Por lo
anterior, considero que sí era relevante para Marx la explotación de la
naturaleza y se planteaba ya que llegaría un momento en que la naturaleza le
pasara factura al hombre, quizás en la forma en que hoy día enfrentamos la
problemática ambiental, la diferencia puede ser que ahora somos conscientes de
la existencia limitada de los recursos naturales. No se trata de la nula visión
de que los recursos naturales no son inagotables, pero realmente que no había
un desinterés.
Señalaba Paolo
Bifani que no se trata de una visión predatoria sino de un adecuado manejo de
los recursos a partir de las interacciones dialécticas; es decir que, la
satisfacción de las necesidades no tienen forzosamente que implicar la
depredación de los recursos naturales. Creo que ninguna sociedad tiene como
objetivo agotar sus recursos aunque sí puede ser clara la falta de visión a
futuro para prever que los recursos sean finitos y deban, entonces, tratar de
optimizarse.
El tema El
Subdesarrollo Latinoamericano y la Teoría del Desarrollo me parece muy
enriquecedor para hacer un comparativo de la relación sociedad-medio ambiente
que se vive en los países desarrollados y en los subdesarrollados o en vías de
desarrollo o altamente dependientes o países periferia, como quiera que se les
nombre. Los países latinoamericanos enfrentan grandes desigualdades de riqueza
y de pobreza que contribuyen a que vivan en condiciones de dependencia
económica, cultural, política y tecnológica, haciendo manifiesta la necesidad
de realizar cambios estructurales e institucionales. Al término de la primera y
segunda guerras mundiales, la economía internacional enfrentó graves problemas de
desempleo, inflación y desajustes económicos, sobretodo en la década de 1930,
marcada por la gran depresión, y la década de 1940 marcada por la segunda
guerra mundial. Ante esta situación surgen organismos internacionales como el
Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Internacional de Reconstrucción y
Fomento (BIRF), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y
la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), todas ellas creadas bajo un esquema
de desarrollo que aparentemente trataba de impulsar la recuperación de todos
los países y que, sin embargo, solo beneficiaron a los países del primer mundo.
Este tipo de desarrollo altamente desigual ha hecho que los países
latinoamericanos se conviertan en proveedores de materias primas, haciendo un
uso excesivo de sus recursos naturales como fuente generadora de recursos
económicos, llegando a casos de extrema explotación y, por ende, de pérdida de
ecosistemas; situación que no vemos en los países desarrollados cuya fuente de
ingresos es el desarrollo tecnológico. Así, la relación sociedad – naturaleza
es desigual, está en función del nivel de desarrollo tecnológico y la
existencia o desaparición de recursos, está en función de la pobreza, y miseria
en algunos casos, de los países subdesarrollados.
Entonces, no
son todos los países quienes sufren pérdida de hábitats y/o ecosistemas, son
más bien aquellos países con menor tecnología, con un nivel de rezago
económico, educativo y social quienes están expuestos a un mayor riesgo por
pérdida de sus recursos; aunque bueno, de alguna forma los países desarrollados
también sufren las repercusiones al empezar a disminuir las materias primas a
partir de las cuales ellos se enriquecen. Y parece paradójico, en cierto
sentido, que los países poseedores de los recursos naturales viven en extrema
pobreza mientras que aquellos que no los tienen se enriquecen, y quizás aquí
cabría hacer mención de lo que se analizaba en el tema de Sociobiología
referente a que son nuestros genes quienes condicionan nuestro comportamiento y
una característica que sobresale en este análisis tiene que ver con la
sobreviviencia del más fuerte y, entonces, podríamos inferir que los más
fuertes han sido los países, hoy en día, altamente industrializados.
En cuanto al
tema Modernización reflexiva, creo que a partir de la Conferencia de Estocolmo
en 1972 y, ante la preocupación por la pérdida de recursos naturales, empezó a
surgir una preocupación internacional, no generalizada a nivel de la población
(quizás por desconocimiento) sobre la preservación de los recursos y se puso de
moda el desarrollo sustentable que hoy todo mundo utiliza para explicar
problemas de cualquier índole. La autocrítica característica de esta nueva
modernidad entonces va a permitir que algunos sectores de la población se
pregunten ¿hacia dónde hemos llegado bajo este esquema de desarrollo económico?
Y entonces se empiece a actuar en consecuencia para explicar y combatir el
problema, generalmente a partir de la organización de pequeños grupos, de
movimientos sociales ambientalistas que claman por la preservación de especies
animales y vegetales, por grupos de científicos que plantean una problemática
ambiental y que elaboran escenarios futuros para la sobrevivencia de la
humanidad, algunos de ellos un tanto apocalípticos. Entonces, este tema me
parece de primordial relevancia para
enmarcar el tema en discusión: la relación sociedad y medio ambiente. Es,
entonces, la autocrítica lo que nos ha permitido confrontar la realidad y ver
que nuestros patrones de desarrollo han tenido un fuerte impacto sobre los
recursos naturales y que el uso desmedido de ellos está a punto de agotarlos,
si es que no los ha agotado ya en algunos casos. Y es entonces que se busca
bajo esta perspectiva realizar acciones que garanticen la existencia de
recursos a futuro. Aunque interesantes y
valiosos todos los planteamientos al respecto, el tema medioambiental, aunque
de moda, no es correctamente abordado y, desde mi perspectiva, tomado con muy
poca seriedad. Es verdad que por un lado se mueven demasiados intereses
económicos, políticos y sociales pero también lo es que a nivel de la sociedad
no se ha generado todavía esa autocrítica y la sociedad sigue viviendo bajo el
esquema consumista y la eterna aspiración a poseer más riquezas que el vecino
de al lado y pienso que mientras esta ideología no sufra una transformación
será muy difícil aspirar a un nuevo modelo de desarrollo.
¿Ha existido
la sustentabilidad?, ¿Se han considerado las necesidades de las generaciones
futuras al momento de explotar ríos, lagos, bosques, etc.? Yo diría que sí y
no, sí en algunos momentos históricos, bajo esquemas de desarrollo distintos de
los actuales y en parte de la población, ejemplo de ellos las comunidades
indígenas. No, si hablamos de los modelos económicos de los dos últimos siglos,
basados en la explotación de recursos naturales para generar mayor riqueza. Y
creo que, hoy en día, la sustentabilidad no es más que un discurso político que
todo mundo utiliza para ganarse adeptos o para obtener algún tipo de beneficio.
Creo que como concepto es un ideal maravilloso, un punto en la historia futura
que debería conquistarse pero que hoy en día aparece como una realidad muy
lejana y difícil de lograr; al menos si pensamos en la sustentabilidad
económica, social y ambiental al mismo tiempo.
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