martes, 12 de noviembre de 2013

Marketing verde y turismo


Recientemente me encontré con un artículo publicado por Marta Lorenzini justamente sobre el tema. Ella señala que la finalidad del marketing verde dentro del turismo es modificar el comportamiento perjudicial hacia el medio ambiente, el cual debe contribuir a un cambio de valores en la sociedad, estimular acciones favorables y de beneficio al medio ambiente. Y concluye que si se aplica una estrategia de marketig verde la consecuencia será un cambio en el comportamiento de los visitantes.

El marketing verde o ecológico en el turismo ha llamado mi atención por el boom que se ha venido dando en los últimos años. Del mismo modo que ha pasado con el termino de sustentabilidad, o de responsabilidad social empresarial, el marketing turístico, desde mi punto de vista, pretende alcanzar muchos objetivos, pero no precisamente la sustentabilidad ambiental.

Hoy en día todos escuchamos hablar de  empresas sustentables, de empresas socialmente responsables y de empresas verdes. Lo interesante es analizar y observar el comportamiento de estas empresas y si efectivamente uno de sus fines máximos es el logro de la sustentabilidad.

Innumerables investigaciones han señalado que empresas que se venden como sustentables distan mucho de serlo; que empresas socialmente responsables no lo son; y que las empresas verdes realizan muy pocas acciones que pueden catalogarlas como tales. ¿Cuál ha sido la constante hallada en todas ellas? No la búsqueda de la sustentabilidad ambiental, ni social, ni económica a nivel de los "colaboradores". El fin máximo ha sido el posicionamiento de sus marcas; hecho que no se puede negar ha dado muy buenos resultados.

 La idea planteada por Lorenzini llamó mi atención por hacer referencia a que el marketing verde en el turismo generará per se comportamientos ambientalmente amigables. En la Academia se han desarrollado un sin fin de investigaciones sobre comportamiento en materia ambiental sin poder todavía llegar a un concenso sobre los elementos que efectivamente conducen a realizar acciones a favor de la conservación del medio ambiente. Se sabe que no son por si mismos ni el conocimiento ni las actitudes las que conducen a comportamientos específicos, pues interfieren distintos elementos que influyen en él.  

Por tanto, la noción de que el marketing verde en el turismo modifica el comportamiento del visitante en relación con su entorno, es una idea demasiado endeble. La educación ambiental ha contribuido fuertemente a ese cambio conductual; sin embargo, no se ha constituido en la panacea que garantice comportamientos a  favor de la conservación del medio ambiente ni de la sustentabilidad ambiental. Resulta interesante considerar que el marketing pueda lograrlo...

Consuelo Arias-González

Así Serán los Mapas con el Calentamiento Global


Una de las principales consecuencias del calentamiento global es que está subiendo la temperatura general del plantea y está derritiendo toda la masa de hielo del planta provocando el incremento del nivel del mar.
La situación aquí es que con el incremento de los niveles del mar, muchas ciudades y territorios por todo el mundo quedarían cubrieras de agua. Dejando sin hogar a millones de personas.
¿Qué pasaría si se derritiera todo el hielo del planeta?
Nuestros amigos de National Geographic, realizaron un mapa interactivo de cómo es que quedaría el planeta si esto sucediera, aquí te comparto las imágenes.
América del Sur
América del Sur
América del Norte
América del Norte
Europa
Europa
África
África
Asia
Asia
Australia
Australia
Antártida

lunes, 11 de noviembre de 2013

La Política Turística en las Áreas Naturales Protegidas

Consuelo Arias-González

México es un país con una gran diversidad natural y cultural, lo cual lo convierte en un destino particularmente atractivo para el mercado internacional. La belleza de sus paisajes, sus recursos hidrológicos y orográficos, su flora y fauna, son solo algunos de los atractivos que el turismo ha ofertado a los viajeros. Gran parte de la oferta turística está asociada a las áreas naturales protegidas y, debido a las tendencias de crecimiento del segmento de turismo de naturaleza, se espera que dichos espacios jueguen un mayor papel en el turismo. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (UICN, 2010a), el aumento del interés por el turismo sostenible y el ecoturismo refleja una oleada creciente de preocupación social por la calidad del entorno natural y los efectos del turismo.

Las áreas protegidas constituyen un importante atractivo turístico debido a sus recursos naturales y culturales. Sin embargo, el turismo contribuye a mermar la calidad de los atractivos. Además de la infraestructura turística existe otro responsable de los perjuicios a los recursos naturales, el turista, quien con comportamientos no responsables con el ambiente ocasiona daños en el sitio que visita. Algunos ejemplos de ello son destrucción de la vegetación, agresión a la fauna silvestre, pintar formaciones rocosas, causar incendios forestales por fogatas no controladas, arrojar todo tipo de residuos, extracción de flora y fauna, entre otros. Así, el reto de la actividad turística es garantizar que los entornos naturales se respeten y se conserven.

En 2011, la Secretaría de Turismo (Sectur) conjuntamente con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), consideraron a estos espacios como un producto turístico con un enorme potencial de desarrollo en México. No obstante este potencial de desarrollo, es conveniente analizar la pertinencia de convertir estos espacios protegidos en producto turístico, dado que algunas de las problemáticas que enfrentan están asociadas a la realización de actividades turísticas. Por ello, entender el papel de las áreas protegidas como instrumento de gestión ambiental es primordial antes de implementar dichas actividades.

No se afirma que el turismo sea la principal causa de los impactos negativos, pero sí forma parte de una serie de aspectos que generan deterioro. Algunos de los cuales son la contaminación, pisoteo de flora, extracción de flora y fauna, compactación del suelo, entre otros. Dado que la actividad turística tiene un papel relevante en la creación de ANP y que dicha actividad se considera una opción para la conservación de estos espacios, se debería garantizar su adecuada implementación y gestión. Una adecuada planeación de las actividades, el apego a los programas de manejo existentes y la elaboración de los faltantes, contribuirían a que el turismo pueda convertirse en una efectiva estrategia de conservación. De lo contrario, las ANP seguirán enfrentando estos problemas asociados a una mala planeación de las actividades turísticas, así como la construcción de infraestructura que no es acorde a las necesidades de conservación.

Con la elaboración del  Plan Estratégico del Turismo de Naturaleza se plantea al ecoturismo como  clave para  el desarrollo del turismo en áreas naturales protegidas (SECTUR, 2006). Y, en 2007 se presentó la Estrategia Nacional  para un Desarrollo  Sustentable  del Turismo y la Recreación en las Áreas Naturales Protegidas de México y se firmó un convenio de colaboración sobre turismo alternativo entre la SECTUR y la CONANP. No obstante lo anterior, los informes de actividades de SECTUR (2008b, 2009, 2010, 2011) no presentan resultados al respecto.

Pese a las estrategias y convenios celebrados entre la SECTUR y SEMARNAT/CONANP, y pese a declarar a las ANP como un producto turístico, el ecoturismo se muestra como una alternativa que no ha alcanzado un nivel significativo dentro de la política turística nacional. Los resultados  presentados en los informes de SECTUR al respecto hacen manifiesta la poca relevancia y el enfoque poco claro que se le da a este segmento. Un ejemplo de esta visión son los resultados que se presentan de la implementación de proyectos ecoturísticos, donde destaca la capacitación en materia de calidad en el servicio. La calidad en el servicio no contribuye de manera directa en la conservación de las ANP; no obstante estos son los resultados que presenta SECTUR. De ahí que se considere que, en México, el ecoturismo puede convertirse en una alternativa para la conservación de las ANP, siempre y cuando se planee, se implemente y se gestione de forma adecuada y que se focalice el verdadero papel del ecoturismo dentro de estos espacios. 

La Sustentabilidad Ambiental en la Política Turística

Consuelo Arias-González

Uno de los objetivos nacionales ha sido el desarrollo del turismo sustentable. Muchos de los esfuerzos realizados por el sector turismo se han dirigido hacia el logro de la sustentabilidad. Esfuerzos como las playas limpias, certificaciones ambientales, etiquetas verdes, incorporación de instalaciones, equipos y productos ambientalmente amigables, han sido una constante.

Ejemplos exitosos de estas acciones se han presentado de manera aislada en varios de los destinos turísticos, particularmente de sol y playa. Si bien algunos de los esfuerzos realizados por cadenas hoteleras internacionales, principalmente, como Barceló o Sol Meliá, reportan beneficios ambientales[1], a veces sociales y, en todos los casos, económicos, valdría la pena analizar el impacto y magnitud de esos beneficios, así como a quién han beneficiado con ellos.

Se considera que una adecuada gestión del turismo puede contribuir efectivamente al desarrollo económico de un país; no obstante, éste se sigue apropiando de los recursos naturales potencialmente explotables económicamente (Hernández y Santana, 2010), a pesar de que mantener un entorno natural sano es un requisito indispensable para el turismo. La actividad turística deriva en destrucción de los sistemas ecológicos.

La política turística nacional pretende que dicha actividad se oriente hacia la sustentabilidad, pero las acciones realizadas por el sector distan mucho de ello. El panorama actual de los destinos  en materia de medio ambiente presenta problemas  como el tratamiento y manejo de aguas residuales, el  manejo de desechos sólidos y los insuficientes programas de educación ambiental (SECTUR, 2008a, p. 39).

De acuerdo con Sectur los retos que enfrenta el turismo son la promoción de acciones  para el trabajo en proyectos  que permitan desarrollar una cultura de respeto a la naturaleza, la vinculación y coordinación de acciones que promuevan el cuidado del medio ambiente, promover el equilibrio entre el crecimiento económico y la conservación de los recursos naturales, el establecimiento de políticas públicas  para el aprovechamiento  racional y duradero de los recursos naturales, el aumento de empresas que busquen ser certificadas en materia ambiental por el uso de tecnologías ambientalmente amigables y el mejoramiento del sistema de indicadores que permita evaluar a los destinos de manera real.

La política turística se sigue enfocando y orientando hacia la creación y consolidación de los megaproyectos y de los Centros Integralmente Planeados (CIP’s). El interés económico prima en la política turística. La captación de divisas y la generación de empleos, por un lado, y el crecimiento económico, principalmente de las empresas trasnacionales, han sido determinantes en el diseño de la política turística nacional.

Entre los problemas ambientales derivados de estos enclaves se encuentran desequilibrio ambiental por el crecimiento del turismo no planificado, marginación de programas de sustentabilidad, deterioro ambiental, depredación acelerada del patrimonio turístico natural, imagen de contaminación ambiental, mayor crecimiento que provoca gran presión sobre el patrimonio turístico natural, pérdida de manglares y humedales, aglomeración excesiva de las construcciones, contaminación escénica, alteración de ecosistemas, contaminación por desechos sólidos y emisiones a la atmósfera, deforestación y depredación de flora y fauna, sobreuso de suelo, vertederos de aguas negras al mar por embarcaciones o por las propias ciudades, modificación del paisaje, entre otros.





[1] Ahorro de energía, tratamiento de aguas residuales, uso de energías alternas, por ejemplo.

La política turística en México: ¿Beneficio para quién?

Consuelo Arias-González

La política turística se sigue enfocando y orientando hacia la creación y consolidación de los megaproyectos y de los Centros Integralmente Planeados (CIP’s). El interés económico prima en la política turística. La captación de divisas y la generación de empleos, por un lado, y el crecimiento económico, principalmente de las empresas trasnacionales, han sido determinante en el diseño de la política turística nacional.

La política económica del país considera al turismo una prioridad nacional. Debido a su contribución histórica al Producto Interno Bruto es que se sigue viendo en el turismo una alternativa para lograr el crecimiento económico nacional. Muchos de los esfuerzos, en materia económica, privilegian la inversión extranjera en los destinos turísticos altamente consolidados porque han demostrado ser una buena alternativa para captar divisas, atraer inversión extranjera y generar empleos. Lo anterior ha permitido, en algunos casos, el crecimiento económico local y/o regional, que no desarrollo económico. Sin embargo, estas variables macroeconómicas han sido suficientes para seguir sustentando gran parte de la política económica nacional en el turismo. Lo anterior no garantiza per se el crecimiento económico de forma homogénea o equitativa.

La política turística nacional actual considera como uno de los temas prioritarios impulsar políticas de sustentabilidad ambiental. Pero, esto, tampoco garantiza el uso sustentable de los recursos naturales, principal materia prima del turismo. Se ha observado el impacto ambiental que el desarrollo del turismo ha traído consigo, particularmente en los CIP’s donde la capacidad de carga y de asimilación de los ecosistemas fue rebasado gracias al crecimiento exponencial de la infraestructura y equipamiento turísticos. Así, no solo las comunidades locales han sufrido los efectos negativos de una mala planeación turística y de un crecimiento desordenado. Los ecosistemas también han sufrido sus efectos negativos.

Los CIP’s fueron concebidos en sitios de gran riqueza biológica, de forma tal que resultaran atractivos para el turismo internacional, principal mercado potencial de estos destinos. Si bien la elección del sitio para la creación de estos enclaves turísticos tomó al recurso natural como principal atractivo, no consideró, al menos en sus primeras etapas, el impacto social y ambiental que traerían consigo. A 40 años de la creación de los primeros CIP’s, el crecimiento en infraestructura y equipamiento turístico en estos destinos ha sido impresionante. El crecimiento urbano y demográfico también lo ha sido. Todo ello ha contribuido al deterioro ambiental de los ecosistemas. 

De acuerdo con Zavala (2008), el turismo representa desarrollo, ya que permite generar divisas y empleos, promueve inversiones, distribuye más equitativamente la riqueza, reconoce la identidad y respeta los ecosistemas urbanos y rurales. Sin embargo, si bien el crecimiento y la expansión turística son evidentes, siguen prevaleciendo las grandes desigualdades entre las zonas turísticas y las residenciales, los cinturones de miseria, así como la inequitativa distribución de los beneficios derivados de esta actividad.

Se considera que una adecuada gestión puede contribuir efectivamente al desarrollo económico de un país; no obstante, el turismo se sigue apropiando de los recursos naturales potencialmente explotables económicamente (Hernández y Santana, 2010), a pesar de que mantener un entorno natural sano es un requisito indispensable para el turismo. La actividad turística deriva en destrucción de los sistemas ecológicos.

La mayor parte de los ingresos derivados de la actividad turística se dirijen hacia el extranjero, quedando una mínima parte de ellos dentro del territorio nacional, dentro de las zonas turísticas y dentro de las comunidades con uso turístico. 

Así, si bien el turismo ha generado crecimiento, no puede afirmarse que éste haya sido equitativo y que las comunidades receptoras hayan alcanzado mejores índices de desarrollo de manera homogénea. Actualmente se está dando un mayor impulso a la creación y consolidación de las micro y pequeñas empresas, que no pueden competir con las grandes empresas trasnacionales, bajo el supuesto de impulsar una nueva modalidad de turismo con enfoque hacia lo local, dentro del mismo modelo de enclave turístico. 
 
Una persona con una creencia representa una fuerza social equivalente a la de noventa y nueve personas que sólo se mueven por interés.
JOHN STUART MILL
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber. CONFUCIO
Quien aprende a investigar no es un maquilador de la investigación, un operario o un peón del quehacer científico, sino alguien que aprendió a añadir valor de cambio y plusvalía a su trabajo y a sus obras. (Sánchez, R. Enseñar a investigar)
Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído. JORGE LUIS BORGES
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. EINSTEIN