Consuelo Arias-González
México es un país con una gran
diversidad natural y cultural, lo cual lo convierte en un destino
particularmente atractivo para el mercado internacional. La belleza de sus
paisajes, sus recursos hidrológicos y orográficos, su flora y fauna, son solo
algunos de los atractivos que el turismo ha ofertado a los viajeros. Gran parte
de la oferta turística está asociada a las áreas naturales protegidas y, debido
a las tendencias de crecimiento del segmento de turismo de naturaleza, se
espera que dichos espacios jueguen un mayor papel en el turismo. De acuerdo con
la Organización Mundial del Turismo (UICN, 2010a), el aumento del interés por
el turismo sostenible y el ecoturismo refleja una oleada creciente de
preocupación social por la calidad del entorno natural y los efectos del
turismo.
Las áreas protegidas constituyen un
importante atractivo turístico debido a sus recursos naturales y culturales.
Sin embargo, el turismo contribuye a mermar la calidad de los atractivos.
Además de la infraestructura turística existe otro responsable de los
perjuicios a los recursos naturales, el turista, quien con comportamientos no
responsables con el ambiente ocasiona daños en el sitio que visita. Algunos
ejemplos de ello son destrucción de la vegetación, agresión a la fauna
silvestre, pintar formaciones rocosas, causar incendios forestales por fogatas
no controladas, arrojar todo tipo de residuos, extracción de flora y fauna,
entre otros. Así, el reto de la actividad turística es garantizar que los
entornos naturales se respeten y se conserven.
En 2011, la Secretaría de Turismo (Sectur)
conjuntamente con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp),
consideraron a estos espacios como un producto turístico con un enorme
potencial de desarrollo en México. No obstante este potencial de desarrollo, es
conveniente analizar la pertinencia de convertir estos espacios protegidos en
producto turístico, dado que algunas de las problemáticas que enfrentan están
asociadas a la realización de actividades turísticas. Por ello, entender el
papel de las áreas protegidas como instrumento de gestión ambiental es
primordial antes de implementar dichas actividades.
No se afirma que el turismo sea la principal causa de los impactos negativos, pero sí forma parte de una serie de aspectos que generan deterioro. Algunos de los cuales son la contaminación, pisoteo de flora, extracción de flora y fauna, compactación del suelo, entre otros. Dado que la actividad turística tiene un papel relevante en la creación de ANP y que dicha actividad se considera una opción para la conservación de estos espacios, se debería garantizar su adecuada implementación y gestión. Una adecuada planeación de las actividades, el apego a los programas de manejo existentes y la elaboración de los faltantes, contribuirían a que el turismo pueda convertirse en una efectiva estrategia de conservación. De lo contrario, las ANP seguirán enfrentando estos problemas asociados a una mala planeación de las actividades turísticas, así como la construcción de infraestructura que no es acorde a las necesidades de conservación.
Con la elaboración del Plan
Estratégico del Turismo de Naturaleza se plantea al ecoturismo como clave para
el desarrollo del turismo en áreas naturales protegidas (SECTUR, 2006).
Y, en 2007 se presentó la Estrategia
Nacional para un Desarrollo Sustentable
del Turismo y la Recreación en las Áreas Naturales Protegidas de México
y se firmó un convenio de colaboración sobre turismo alternativo entre la
SECTUR y la CONANP. No obstante lo anterior, los informes de actividades de
SECTUR (2008b, 2009, 2010, 2011) no presentan resultados al
respecto.
Pese a las estrategias y convenios
celebrados entre la SECTUR y SEMARNAT/CONANP, y pese a declarar a las ANP como
un producto turístico, el ecoturismo se muestra como una alternativa que no ha
alcanzado un nivel significativo dentro de la política turística nacional. Los
resultados presentados en los informes
de SECTUR al respecto hacen manifiesta la poca relevancia y el enfoque poco
claro que se le da a este segmento. Un ejemplo de esta visión son los
resultados que se presentan de la implementación de proyectos ecoturísticos,
donde destaca la capacitación en materia de calidad en el servicio. La calidad
en el servicio no contribuye de manera directa en la conservación de las ANP;
no obstante estos son los resultados que presenta SECTUR. De ahí que se
considere que, en México, el ecoturismo puede convertirse en una alternativa
para la conservación de las ANP, siempre y cuando se planee, se implemente y se
gestione de forma adecuada y que se focalice el verdadero papel del ecoturismo
dentro de estos espacios.
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